
La declaración reafirmo que la mortalidad materna es un tema de derechos humanos y que la magnitud del problema exige renovar la voluntad política de abordarlo.
Los gobiernos llamaron al Consejo a encarar acciones colectivas y concretas contra la mortalidad materna durante su sesión de junio de 2009.
Debe reconocerse que la mortalidad y la morbilidad maternas constituyen una emergencia sanitaria mundial, que cobra muchas más vidas por año que otras emergencias, por ejemplo la del virus H1N1 pero que no recibe la misma atención inmediata ni despierta la misma sensación de urgencia.
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