jueves, 3 de septiembre de 2009

La identidad que no tiene nombre

Me propongo reflexionar sobre lo difícil del intento de conciliar el respeto por la diversidad de identidades (sexuales y otras) y a la vez mantener la capacidad de acción colectiva. El propio movimiento feminista transitó el proyecto de hegemonizar una definición de lo femenino que fuera universalisable y permitiera a las dirigentes hablar en nombre de todas las mujeres; y fueron las propias mujeres las que renegaron de ser dichas por otras en su experiencia diversa. En particular, las mujeres negras pobres no se sentían reflejadas en las definiciones académicas de lo femenino construidas por mujeres blancas ilustradas. http://www.convencion.org.uy/menu8-166.htm

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