
Entonces, cuán despreciable es el doble discurso que oculta que las mujeres con recursos sí pueden optar tanto a la anticoncepción de emergencia como a abortos seguros, sin ser condenadas de ninguna forma ni mucho menos encarceladas, remarcando la histórica inequidad e injusticia social que prevale en nuestro país.
Y cuán irresponsable es también la parafernalia periodística en torno temas relativos al cuerpo y la sexualidad, y sobre todo en cuanto al aborto clandestino, al que retratan como tema de crónica roja, sin abordar los complejos condicionantes que lo rodean y determinan.
Es por ello que demandamos al Estado chileno hacer prevalecer el carácter laico del Estado, libre de ataduras religiosas y de imposiciones morales inaceptables en una sociedad democrática, respetuosa de los derechos humanos y de las libertades individuales.
Exigimos el desarrollo de un debate ciudadano, informado y que de cabida a todas la voces, para avanzar a la adopción de nuevos acuerdos sociales sobre las libertades de las personas, particularmente en torno a la sexualidad y la reproducción.
Fuente: Fondo Alquimia.
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