
Esta situación que coarta la autoría de los cuerpos de las mujeres, está fuera de cualquier estado laico y de derecho que genera políticas al margen de las creencias religiosas de la clase política. Las políticas sanitarias deben estar al margen de toda valoración religiosa o conservadores de los políticos, quienes finalmente se deben a las y los ciudadanos y no a sus creencias.
Como Marcha Mundial de las Mujeres exigimos que el gobierno de Michelle Bachelet tome medidas que permitan poner fin a esta situación que vulnera a las mujeres más pobres de Chile y que presenta a un país conservador que viola los derechos sexuales y reproductivos de su sociedad.
Fuente: Anamuri: "Rocío Alorda"
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