Definitivamente hay palabras que tienen mala prensa. Depresión, es una de ellas. No más nombrarla y aparecen frases de este tipo: - poné voluntad, vos siempre con lo mismo, salí a caminar, sonreí, comprate algo lindo, tomate unas vacaciones, conocé gente, andá al cine- Tú puedes.
No, yo no puedo. ¿Es tan difícil entender que no puedo?
Es que para muchos es casi imposible entenderlo. Quizá - como nos canta Andrés Calamaro en Crímenes Perfecto – a ellos también les tocó “crecer viendo a su alrededor paranoia al dolor”.
¿Cómo pedirles entonces que entiendan algo, que si bien puede parecerse a la tristeza, resulta incomprensible para quienes se empecinan en que se trata de una cuestión de voluntad?
La tristeza es una de las emociones básicas del ser humano, como el miedo, la ira, el asco, la alegría y la sorpresa.
Todos en distintas instancias de nuestra vida podemos sentimos tristes. La tristeza es ese sentimiento de vacío que sigue a un dolor o una pérdida. Sabemos cual es la causa de ese sentimiento y nos manifestamos. Superada esa situación poco a poco nos recuperamos y la tristeza pasa a un segundo plano.
En esos momentos tristeza y depresión pueden parecerse; pero no son iguales: Una diferencia fundamental es que en la depresión, la tristeza es excesiva, se impone a todo lo que hacemos.
sábado, 15 de octubre de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario